Los dos últimos gobiernos de los presidentes García y Humala, a cuyas promesas y planes de gobierno hemos hecho seguimiento, han tenido un pobre nivel de cumplimiento. En nuestra percepción en el Perú no existe consciencia del derecho que tienen los electores de exigir que los gobernantes cumplan con sus ofrecimientos, ni tampoco los gobernantes lo son de su obligación de cumplir con sus compromisos.
Aunque también en el anterior, en especial durante este último gobierno ha habido complicidad para que no se exigiera el cumplimiento de la palabra empeñada. Los diferentes grupos sólo han exigido que se cumpla lo que les favorece o lo que les consta que no se podrá cumplir cuando criticaban al gobierno, y nunca lo que no les gustaba o en su opinión no se debería cumplir. Entonces resaltó lo que a los grupos de mayor poder les interesaba y no lo que conviene a los sectores sin mayor capacidad de reclamo.